Los especialistas en nutrición nos dan unos consejos para mantener una alimentación infantil saludable durante los meses de más calor del año:
Como postre o la merienda no debemos tomar siempre helado. La oferta de frutas de temporada en verano es muy extensa... sandía, melón...
Como hidratarse es fundamental, la primera opción debe ser el agua. También, sirven la leche natural, aguas de limón y zumos caseros o cremas frías.
Como el calor puede quitarnos el apetito, es recomendable hacer comidas ligeras y completas como, por ejemplo, unas legumbres en ensalada con sardinas o caballa en conserva, ensalada de patata, huevo y dados de pescado o pavo, gazpacho y tortilla de patata...
Realizar varias comidas ligeras a lo largo del día es aconsejable así como, tomar de “picoteo” sea fruta troceada, yogures o leche.
Planificar el menú e ir en familia de compras para ver escoger los productos de temporada
Los días especiales podemos hacer barbacoas en las que se incluyan pescados azules, carne magra, marisco, brochetas de verduras, etc. Todo ello, ayudará a darle variedad a la socorrida parrillada y a que los niños miren estos alimentos más “difíciles” con otros ojos.
Introducir recetas y alimentos nuevos si vamos de vacaciones a otras localizaciones, aprovechando otras culturas y costumbres.
Incluir alimentos integrales en bocatas, arroces y pastas, para mejorar el ritmo intestinal que se altera cuando cambiamos rutinas, horarios y viajamos.
En resumen: aprovechar el verano para romper la rutina, desconectar y olvidarnos de horarios... ¡Sin desatender nuestra dieta!
Artículo de formación de Mª Esther Marcos Llanes
Directora de Nutrición y Seguridad Alimentaria de Logic Alimentaria
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